Vacunación contra la difteria

 

Muchos padres nos preguntan sobre qué hacer con la vacunación de sus hijos ante la aparición en nuestro país de casos de pacientes atacados por esta temible enfermedad, después de 20 años en que estábamos libres de ella gracias a que es totalmente prevenible cuando se cumple con el Esquema Nacional de Vacunaciones.

Lo primero es revisar el carné de salud de su niño y comprobar si efectivamente su niño ha recibido la vacuna visualizando las fechas en que se ha registrado con lapicero en la cartilla la puesta de:

  • Tres dosis de difteria ANTES DE CUMPLIR UN AÑO, idealmente a los 2, 4 y 6 meses de edad.
  • UNA DOSIS de refuerzo al AÑO Y MEDIO (18 MESES)
  • UNA DOSIS de refuerzo entre los 4 y 6 años de edad

Tener en cuenta que:

  1. La vacuna contra la difteria viene INCLUIDA en diferentes presentaciones: la DPT, la Pentavalente o la Hexavalente.
  2. No siempre los padres han podido cumplir de manera exacta con las edades que señala el Esquema Nacional.
  3. Lo importante es que hayan cumplido con el número de dosis y los respectivos refuerzos
  4. Si así lo hicieron, su niño NO NECESITA recibir refuerzo adicional hasta los 11 años de edad y de ahí en adelante cada 10 años.

En caso no verifique que se cumplió con el esquema regular o sea lo que indica el Ministerio de Salud para los niños menores de 5 años, especificado en esta nota, es muy importante que vacune lo más pronto a su hijo, porque la difteria es una enfermedad que obstruye la respiración , ataca las amígdalas, faringe y/ o laringe y puede causar la muerte por asfixia, porque forma membranas densas blanquecinas mediante la toxina diftérica que produce el germen causal. llamado Corynebacterium Difteriae.

Recuerde que la difteria suele atacar más severamente a los niños, pero también están en peligro los adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores y puede atacar también el corazón y los riñones.

Para finalizar si su hijo tiene menos de 5 años, aproveche para ponerlo al día con todas las vacunas que le falten, porque es una enorme responsabilidad para los padres que aman a sus hijos, protegerlos contra enfermedades que gracias a los avances de la ciencia pueden prevenirse e impedir que se enfermen gravemente o inclusive mueran por desidia o descuido.

Y si tiene alguna duda, por favor lo más pronto CONSULTE a su pediatra, no pierda tiempo estamos ante una ALERTA  contra esta enfermedad, no permitamos se convierta en epidemia.

 

Sarah María Vega Sánchez, MD, IBCLC
Pediatra y Neonatóloga
CMP 09699- RNE- 4845

El mejor inicio para la vida

La Naturaleza ha dispuesto que cuando inmediatamente después del nacimiento, se coloca al recién nacido desnudo, después de secarlo, sobre el cuerpo desnudo de su madre, permanece alerta y sigue un comportamiento bien definido, para vincularse con ella en el inicio de una nueva etapa.

El contacto piel con piel inmediatamente después de nacer ayuda al bebé a calmarse, porque siente el calor y el olor de su madre, escucha el latido de su corazón, el mismo que ha escuchado en la tranquilidad del embarazo.

Oye la voz que ha oído desde meses antes, pero ahora puede ver el rostro a quien pertenece y reconoce en él a su madre y crea una conexión fuerte con ella, lo que se denomina apego, esa necesidad básica de permanecer cerca de ella, que lo hace sentir seguro y sienta los cimientos para su futura vida emocional.

El contacto piel con piel inmediato después del nacimiento ayuda al bebé a mantenerse calentito, pues el pecho de la madre ha sido preparado por las hormonas del parto aumentando su temperatura para recibirlo y protegerlo del frío.

El contacto piel con piel despierta en el recién nacido los reflejos – respuestas automáticas – de la lactancia. El olor y la visión del pecho de la madre lo guían para llegar por sí mismo a mamar en forma espontánea, generalmente dentro de las dos primeras horas de vida. Con la primera leche, llamada calostro, no solo toma todo lo que necesita para satisfacer sus necesidades, sino que refuerza su sistema de defensa contra las enfermedades. Y es que ¡los niños están hechos para mamar y la leche materna es mucho más que un alimento!

El contacto piel a piel y el amamantamiento temprano ayudan también a la madre a sentirse más tranquila y a reforzar el lazo afectivo con su bebé; activan el comportamiento maternal, facilitando la crianza; determinan un mayor potencial de producción de leche para lograr una lactancia exitosa y disminuyen la posibilidad de una depresión postparto.

Amor, calor, protección y lactancia, todo ocurriendo por primera vez, en un espacio corto en tiempo, pero grande en importancia, necesario para la supervivencia óptima y, como dice Michel Odent, “para el desarrollo de nuestra capacidad de amar”, de amarnos a nosotros mismos, de amar a los demás y de amar a la Naturaleza.

 

Milagro Raffo Neyra
Pediatra y Neonatóloga
RNE N° 3755

La Fiebre en el niño – no a la fiebrofobia

 

La fiebre es el aumento de la temperatura corporal. Las causas más frecuentes son enfermedades infecciosas. Todo niño menor de 90 días con fiebre debe ser evaluado por el pediatra. Si compromete el estado general del niño o es muy alta y dura más de 4 días debe ser evaluado por el médico a cualquier edad.

Desde épocas remotas se reconoció a la fiebre como UN MECANISMO DE DEFENSA y estudios actuales confirman que nuestros procesos inmunológicos se activan y alertan para vencer a la enfermedad. NO SIEMPRE ES NECESARIO BAJAR LA TEMPERATURA Y EN ALGUNOS CASOS LA ENFERMEDAD DURA MÁS CUANDO SE LA BAJA.

Bajar la temperatura NO CURA sino que ALIVIA LAS MOLESTIAS. Si no las tiene evitar dar remedios. Puede repetirse la fiebre de acuerdo a la enfermedad.

NO DEBE DARSE ANTIPIRETICOS ANTES DE VACUNAR.

Hay MUCHOS MITOS en relación a ella como que puede llevar a convulsiones meningitis y a la presencia de una enfermedad grave y otros. ESTUDIOS CIENTÍFICOS HAN DEMOSTRADO QUE ESTOS TEMORES SON INFUNDADOS. La FIEBROFOBIA no tiene razón.

¿CUÁNDO HABLAMOS DE FIEBRE? Cuando al tomar la temperatura con un termómetro digital u ótico encontramos:  una temperatura axilar superior a 37.4; una temperatura oral de más de 37.6° o una timpánica de 37°8. Evitar las temperaturas rectales

SÍNTOMAS QUE PRODUCE LA FIEBRE.  Al subir la temperatura presenta somnolencia, irritabilidad, cefalea, inapetencia, dolores musculares, articulares, nausea y vómitos hasta que SE ESTABILIZA en la nueva temperatura que determina la enfermedad, las molestias disminuyen.

¿QUÉ HACER CUANDO EL NIÑO ESTÁ CON FIEBRE?

MANTENER EL AMBIENTE FRESCO Y NO SOBRE ABRIGARLO

MANTENER LA HIDRATACIÓN del niño y si lacta SEGUIR DANDO PECHO Y AGUA A TOLERANCIA. Es importante MANTENER LA NUTRICIÓN La dieta debe ofrecer alimentos muy suaves a pocos, a tolerancia.

Recomendamos dar antipiréticos para disminuir las molestias. Usamos con más frecuencia el Paracetamol, el Ibuprofeno y la pirazolona. Se absorben muy bien por vía oral. Solo si no tolera esta vía o la fiebre es muy alta se pueden administrar por vía inyectable o rectal.  Ocasionalmente pueden producir reacciones alérgicas.

Si queremos bajar la fiebre demos el remedio.  NO DAR BAÑOS FRÍOS, CON VINAGRE O ALCOHOL PORQUE PUEDEN DESCOMPENSAR AL NIÑO Y NO SON EFECTIVOS

Dra. Rosa Risco Denegri
Médico Pediatra – CMP 7612 – RNE 449

 

Cuando llega el año y no llegan palabras

 

“EL DOMINIO DEL LENGUAJE  ES EL PROCESO FINAL DEL PENSAMIENTO” Burrhus Frederic Skinner

El lenguaje es una expresión que nos permite comunicarnos con nuestros semejantes u otras especies. Puede ser gestual, hablado o escrito, cada uno con sus variantes lo que le da complejidad a este proceso. El lenguaje hablado es exclusivo de la raza humana. Los animales que pueden “hablar” solo lo logran por repetición de palabras, frases u oraciones pero no es posible establecer un diálogo fluído.

El lenguaje hablado es la perla de la expresión del pensamiento humano de modo que en el desarrollo psicomotor, es el mayor indicador de un desarrollo, no sólo normal, sino completo, necesariamente involucra la inteligencia.

Asociado al desarrollo del sistema nervioso central,  que se completa varios años después del nacimiento a través de la mielinización y de los procesos de enlaces intercelulares especializados entre las neuronas,  el lenguaje hablado,  es un proceso que determina logros de acuerdo a la edad y cuando no se obtienen,  hablamos de BANDERAS ROJAS o SIGNOS DE ALARMA.

Aquí un resumen de este proceso según la edad del niño:

  1. Como recién nacido el niño —> LLORA
  2. A los 3 meses —> GUTUREA (GU, AGÚ)
  3. A los 6 meses —> SILABEA (DA, DA, DA, MA, MA, MA, TA, TA, TA,PA, PA, PA, BA, BA, BA)
  4. A los 9 meses —> BALBUCEA = dice sílabas + sonidos ininteligibles lo que simula una conversación, en ello hay comunicación visual necesariamente
  5. A los 12 meses —> PALABREO (PAPÁ, MAMÁ, TETA)

Del llanto y gutureo no hay duda alguna. Nuestra formación en neurodesarrollo o desarrollo psicomotor es insuficiente por lo que a partir de los 6 meses mezclamos conceptos.

Cuando pregunto: A qué edad dijo su niño su primera palabra CLARAMENTE  (Ej: PAPÁ, MAMÁ, TETA)?

Un gran grupo de  padres responden 6 meses, les digo: a esa edad no se dicen palabras, sino sílabas. Para este grupo de padres decir sílabas juntas (3 o más veces), especialmente si ésta es MA o PA, es una palabra. Esto puede llevarlos a no estar alerta de que a los 12 meses debe decir su primera palabra claramente, asumir que la dijo mucho antes y no detectar el retraso que el niño tiene.

Otro gran grupo de padres responden 12 meses. Les pregunto: cuál(es)?. Responden: PA, MA . Obviamente esas no son palabras, para ellos SÍ, lo que es peligroso pues tampoco se advierte el retraso.

Hay palabras Monosílabas como: NO, YA. Debe aclararse que para validar como logro de palabra, ésta  debe de ser de dos sílabas claras.

Lograr decir palabras depende del desarrollo del sistema nervioso central, de su maduración, la cual será más completa si se tiene el estímulo y tiempo  adecuados. Eso significa que se debe:

  1. Hablar y pronunciar claramente, NO DISTORSIONAR EL LENGUAJE, “infantilizar” o “abebar” nuestro lenguaje no ayuda al desarrollo normal del lenguaje
  2. Oir música con intérpretes que pronuncien bien. Sea que los padres escuchen música en el hogar o que le pongan música infantil de fondo al niño, DEBE HABER BUENA PRONUNCIACIÓN. El estímulo auditivo correcto favorece una buena adquisición del lenguaje.
  3. Estar con el niño el mayor tiempo posible. Lamentablemente los padres y madres nos convertimos en este tiempo, sea pre o pos pandemia, en grandes ausentes y nos perdemos el momento en el que nuestro hijo  dijo su primera palabra. Otra persona, que tal vez solo es su cuidador, tendrá ese privilegio que no valorará pues no es su hijo. Para mí esto me produce PROFUNDA tristeza, sino lo califico como ATERRADOR. Saben porqué? Pues es un momento que no se repetirá pues el niño sigue en crecimiento y nos perdemos los logros que ellos tienen.

Foto1

Foto1: Si el niño no hace contacto visual se recomienda usar un objeto con el que el niño juega o conoce, asociar la palabra al objeto y llevarlo a la altura de los ojos, así el niño al seguir con la mirada el objeto, nos verá con su vista periférica. Por ejemplo: “Matías: voy a tomar la pelota, ahora llevo la pelota a mi cara”

Foto 2

Foto 2: Para entrenar al niño en el nombre y la pronunciación de un objeto, conocido por él como en el caso anterior, llevarlo a la altura de la boca y pronunciar el nombre pausadamente, de tal forma que el niño ve el movimiento de nuestros labios. Por ejemplo: “Matías: ahora tomo la pelota y la pongo junto a mi boca”……y cuando él dirige su mirada al objeto pronuncio “PE-LO-TA”

Ya que sabemos qué hacer, debemos ponerlo en práctica esforzadamente. Si no lo hacemos será un conocimiento vano.

Lograr que el niño adquiera un lenguaje normal,  detectar a tiempo el momento en que el logro se retrasa  y  buscar ayuda profesional  oportuna,  significará proveer al niño de una herramienta FUNDAMENTAL en su desempeño futuro.

 

José Moreno Calixto
Neurólogo Pediatra