El amigo imaginario de Tomás

Recibimos a Tomás una tarde del verano 2023, un niño de 4 años, sobrino del esposo de mi hija menor. En la familia del esposo de mi hija es el único niño, nosotros no tenemos nietos. En esa visita familiar, Tomás era el único niño. Como buenos adultos buscamos entretenerlo, mientras otros adultos compartíamos y conversábamos. De pronto Tomás jugaba solo en la sala, con los juguetes que le trajo su madre. Aunque atento a la conversación de sobremesa, disfrutaba la deliciosa voz de Tomás. Para mí el lenguaje hablado y escrito es la máxima representación de la función neurológica. Escuchar hablar a alguien revela cuánto invirtió esa persona en su formación. Claro que a algunos les convendría no hablar pues se delatarían. Con lo compartido pretendo subrayar LA IMPORTANCIA del lenguaje en una persona, y si es un niño quien lo ejecuta, es una delicia mayor. En el niño, el lenguaje revela cuánto estuvo expuesto por los adultos cuidadores o educadores al buen hablar. Tomás hablaba y hablaba, pero para él, era un diálogo. Hablaba con alguien, no oíamos respuesta, mas su conversación era fluída, como si tuviera respuestas de su “interlocutor”. La madre confirmó que Tomás tiene un amigo imaginario a quien, sin saberlo nosotros, él había llevado consigo a esa reunión de adultos. Me dije que, inspirado por esa gratísima experiencia, escribiría este artículo. Aunque tarde, Tomás tiene 5 años, mas no lo suficientemente tarde como para no entender esta maravillosa experiencia, claro no tanto como lo maravilloso que es para Tomás.

Citaré dos definiciones claves de la Real Academia Española:

  • Imaginación: Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales
  • Fantasía: Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales

Como pueden observar ambos términos se relacionan con el alma, los sentimientos, lo que tiene un significativo impacto en el pensamiento, nuestra razón. No es algo físico, aún así, puede ser asumido como real por la persona.

“A mayor creatividad y fantasía del niño, mayor probabilidad de que aparezca o tenga un amigo imaginario”2

Fuente Foto: https://www.listennotes.com/es/podcasts/pepito-y-el-amigo/pepito-y-el-amigo-imaginario-RZ0IBKGnuh4/

El cerebro compensa nuestra fantasía filtrando las imágenes mentales para que nuestra imaginación no se desborde” 1

El área involucrada en ese proceso es la corteza prefrontal

¿En qué hemisferio se desarrolla este proceso?

Si una persona es analítica y metódica en su razonamiento, predomina el hemisferio izquierdo. Si es más creativa o artística, se considera que predomina el hemisferio derecho
El amigo imaginario es la manifestación de la gran fantasía infantil.

“Uno de cada dos (1/2) o dos de cada tres niños (2/3) tiene uno, es decir, entre 50 y 66,6% de los niños. Aparece entre los 2 y los 8 años. A esta edad, los niños ya tienen un lenguaje lo suficientemente desarrollado como para poder manifestar la existencia de estos personajes inventados. A esta edad, el pensamiento de los niños se caracteriza por ser mágico, en el que realidad y fantasía suelen estar muy relacionadas”2

Fuente Foto: https://www.psyciencia.com/conociendo-al-amigo-amiginario-de-tu-hijo/

“El pensamiento de los niños de esta edad es egocéntrico, subjetivo y mágico. Esto hace que puedan surgir personajes imaginarios, tratados como reales. Solo existe en su imaginación. Realmente no existe pero que lo vivencia como si fuera real, habla y juega con él. Pueden tener varias formas en un mismo niño: animales, súper héroes, personas, seres mitológicos, dinosaurios, etc”2… a Tomás le fascinan los dinosaurios, tiene una abundante colección. Su superhéroe favorito es Spiderman

Fuente Foto: https://psicologalidiamirandagaxiola.com/amigos-imaginarios/

“Así como viene, se va definitivamente, o viene y va esporádicamente “2. Es parte del desarrollo neurológico, de la maduración neurológica del niño. “Es un hecho que no debe preocupar a los padres, sino que deben actuar con naturalidad: ni rechazarlo ni ignorarlo”2

“Los padres no deben preocuparse, a menos que:

  • Si oyen conversaciones anormales, es decir, que su niño le diga que el amigo imaginario
    le pide hacer algo malo. Los padres deben saber quién es el amigo imaginario
  • Si su hijo prefiere jugar con el amigo imaginario en vez de con niños reales
  • Si ese amigo sigue presente después de los siete u ocho años”2

Fuente Foto: https://bohemiomundi.blogspot.com/2019/10/el-amigo-imaginario.html

“Uno de cada tres (1/3) niños en edad escolar lo sigue teniendo. Siete de cada diez (7/10) eran primogénitos o hijos únicos. No se puede concluir que ese amigo imaginario es fruto de la soledad que siente el niño. Aparece cuando el ambiente del niño es fundamentalmente adulto, no hay niños a su alrededor, esta circunstancia parece influir de forma directa la creatividad del niño. Se ha observado que, si el niño ha tenido un amigo imaginario en la infancia, cuando llega a la adolescencia, suele ser más creativo, con mayor empatía y buenas habilidades lingüísticas”2

“La fase de decadencia se produce a la edad de la razón (6-7 años), etapa escolar, cuando su pensamiento es más lógico y racional. Se relaciona también con el momento en el que el niño ha hecho nuevas amistades o se ha adaptado a la nueva situación”2

“No se debe permitir que el niño se exima de responsabilidad por atribuirle la culpa a su amigo imaginario o que deje de estar con sus amigos por estar con él”2

“El 26% de los padres (1 de cada 4) conoce que su hijo tiene un amigo imaginario. El niño quiere mantener a sus creaciones aparte del mundo de los adultos”2

“Lo normal es que los niños tengan preferencia por jugar con amigos reales, si éstos están disponibles”2

“Un beneficio del juego en la infancia, es que los niños aprenden a ceder, a cooperar, a ser compañeros y a ponerse en distintos roles, mientras juegan. Por ello, es muy importante que jueguen con niños reales, para que aprendan todas esas características del juego”2

“Si juegan siempre con su amigo imaginario, se jugará siempre a lo que el niño quiera, y no aprenderá esos valores tan importantes para su futuro”2

Fuente Foto: https://psicologalidiamirandagaxiola.com/amigos-imaginarios/

Escribo estas líneas pues el vivir el momento de oír a Tomás jugando con su amigo imaginario, no solo fue un privilegio, sino que ES UN MOMENTO INVALOIRABLE EN LA VIDA DE TOMÁS…y en la mía.

Dr. José Moreno Calixto
Neurólogo Pediatra
Miembro Asociado SPP
Vocal del Comité de Orientación y Educación para padres

Referencias:

1https://tendencias21.levante-emv.com/el-cerebro-modula-nuestras-fantasias_a45875.html

2BEATRIZ G. PORTALATÍN Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana AIDEMAR – España

 

 

¿Cómo sé si mi hijo tiene epilepsia?

La epilepsia es una enfermedad que incluye eventos o crisis con y sin movimiento. El término comúnmente utilizado para referirse a los movimientos tipo sacudida es convulsión. En las crisis de epilepsia sin movimiento el cuerpo del niño puede tener una postura rígida (tónica) o flácida (atónica).

Es importante señalar que también existen padecimientos en los cuales hay movimientos involuntarios llamados trastornos paroxísticos no epilépticos (TPNE),  que no son epilepsia y  pueden ser: tics motores o vocales, movimientos repetitivos sin propósito (aleteo, correr en círculos, balancearse mientras uno está sentado, etc), espasmo del sollozo, desvanecimiento, terror nocturno, sonambulismo, autosatisfacción, etc.

Los TPNE son más frecuentes que la epilepsia, ocurren en 10 de cada 100 niños. No requieren tratamiento con medicamentos. El tratamiento es básicamente conductual, apoyo psicológico. La mayoría desaparecen con la edad y la maduración neurológica del niño.

Por lo general la crisis de epilepsia sigue una secuencia que incluye:

  • apertura palpebral, posición de ojos que pueden estar fijos o desviados,
  • postura corporal rígida o flácida,
  • seguida de movimientos en parte o todo el cuerpo, el tiempo del movimiento es variable en segundos, minutos u horas.
  • Posteriormente, en la mayoría de los casos, se presenta un descanso reparador, conocido como pos ictal, de duración variable que por lo general es mayor que el tiempo de duración del movimiento o la secuencia desde la postura ocular hasta la corporal.

A mayor tiempo de duración del movimiento o del evento, mayor compromiso neurológico, por ello es importante diagnosticarla y tratarla oportunamente.

Si este evento ocurre solo una vez se considera crisis única, no requiere tratamiento medicamentoso.

Si se repite una segunda vez, se plantea el diagnóstico de epilepsia, se debe dar tratamiento. La gran ventaja en la edad pediátrica es que el niño, una vez se hace el diagnóstico, recibe el medicamento indicado, a la dosis adecuada, durante dos años y no repite crisis, se puede retirar el medicamento. En la edad adulta el tratamiento es por lo general de por vida.

Los exámenes auxiliares de electroencefalograma o neuroimagen (resonancia magnética de encéfalo), ayudan en el tratamiento o a precisar  la zona del cerebro donde se produce la descarga eléctrica que produce todo el evento descrito.

En todo el proceso se produce un agotamiento neuronal asociado a la descarga eléctrica por lo que el período pos crisis se acompaña de sueño, a veces de limitación motora que puede durar minutos u horas.

La epilepsia puede ser:

  • Generalizada —–> se mueve o compromete todo el cuerpo o
  • Focal —–> se mueve o compromete parte del cuerpo.

La decisión de iniciar tratamiento así como la elección del medicamento, depende de un especialista en neurología.

El efecto de los medicamentos, no es inmediato, pueden requerirse de 2 semanas para ver el efecto real del medicamento elegido. La dosis se va regulando según la respuesta del niño, el peso, los resultados de exámenes auxiliares (sangre o electroencefalograma).

La causa más frecuente de crisis en un paciente epiléptico es NO TOMAR EL MEDICAMENTO.

El pronóstico dependerá del control de las crisis. Por lo general un niño tiene el mismo tipo de crisis, si ésta varía puede ser un caso más complejo.

Si no hay alteración del desarrollo asociado a la epilepsia, el niño podrá tener una vida normal.

La epilepsia es menos frecuente que los TPNE, ocurre en 1,5 de cada 100 niños, sin embargo es muy frecuente en el mundo.

Vincent van Gogh (pintor), Fedor Dostoievski (escritor), Albert Einstein (científico) son grandes famosos con epilepsia.

 

Las crisis febriles, que serán motivo de otro artículo, no son epilepsia. Afectan a 3 de cada 100 niños neurológicamente sanos, es decir, normales. Se les consideran benignas. La clave en ese caso es prevenir y/o tratar la fiebre.

El niño con epilepsia puede tener una vida normal, con el control periódico especializado, podrá tener una inteligencia normal, a menos que la epilepsia esté asociada a retraso del desarrollo o aprendizaje.

 

 

Dr. José Moreno Calixto
Neurólogo Pediatra
Miembro Asociado SPP
Vocal del Comité de Orientación y Educación para padres