César Galván Calle
Inmunólogo-Alergólogo
Miembro Asociado de la SPP
Past presidente de la Sociedad Peruana de Inmunología
César Galván Calle
Inmunólogo-Alergólogo
Miembro Asociado de la SPP
Past presidente de la Sociedad Peruana de Inmunología
Roberto Somocurcio
Médico Pediatra
Miembro Asociado de la SPP
Mi bebé tiene 5 días y no me he dado cuenta que se está poniendo amarillo
La ictericia es un trastorno muy común en los recién nacidos y se caracteriza por la coloración amarillenta de la piel y los ojos debido a la acumulación de las bilirrubinas (pigmento amarillo producido por la descomposición del glóbulo rojo) en el cuerpo. En la mayoría de bebés, la ictericia es una condición benigna que desaparece sin tratamiento alguno. Sin embargo, es importante entender las causas, los síntomas y el manejo adecuado de la ictericia en los recién nacidos para garantizar un desarrollo saludable.
El signo más evidente de la ictericia en los recién nacidos es el tinte amarillo de la piel , que puede presentarse desde el primer día en la cara y progresar al tórax, abdomen y resto del cuerpo. Otros síntomas, en casos más severos, pueden incluir letargo, disminución del apetito, orina oscura y heces claras. En algunos casos graves, felizmente muy raros, la ictericia puede causar complicaciones como kernicterus, una forma severa de daño cerebral debido a la acumulación excesiva de bilirrubina.
Para hacer el diagnóstico de la ictericia neonatal, además de visualizar el tinte amarillo se pueden usar equipos que miden la bilirrubina a través de la piel; pero lo mas importante es valorar los niveles en la sangre con pruebas de laboratorio y con estos resultados se usan gráficos que son muy útiles para determinar la intensidad de la ictericia y ver la necesidad de intervenir de acuerdo a la edad del bebe.
El tratamiento varía según la causa y la gravedad de la afección. Los que cursan con ictericia fisiológica solo serán observados. En los casos que requieran intervenciones, la fototerapia que expone al bebé a una luz especial, por un tiempo variable, ayudará a descomponer la bilirrubina de la piel resolviendo el trastorno. En situaciones más graves, se pueden requerir recambios sanguíneos (exanguineo-transfusión) u otro tipo de tratamientos.
La prevención de la ictericia del recién nacido implica una buena atención prenatal, el seguimiento de protocolos médicos durante el embarazo. Una vez que el bebé ha nacido, es fundamental garantizar una alimentación adecuada, con leche materna, para prevenir la deshidratación que contribuye a aumentar los valores de bilirrubinas. Además la leche materna, con el efecto laxante que posee, estimula la eliminación del meconeo que son las deposiciones verdosas de los bebes en los primeros días y que precisamente deben su color a la gran cantidad de bilirrubinas que poseen.
Es esencial que los padres estén atentos a los signos de ictericia, sobre todo aquellos que presentan algún otro riesgo para su salud como los bebes que han nacido prematuros o que tengan incompatibilidad en el grupo sanguíneo con sus madres. Es mas frecuente ver este trastorno cuando la madre tiene grupo O Rh positivo y el bebe tiene grupo A o B. De otro lado es importante que tengan conocimiento de cuando buscar atención médica; por lo que al momento del alta deben ser informados acerca de los signos de alarma y siempre será importante hablarles de la posibilidad que el bebe se torne amarillo.
Causas de la ictericia en el recién nacido:
Finalmente, cabe mencionar que algunos bebes que se alimentan exclusivamente con leche materna pueden permanecer con un tinte amarillo, más allá de las 2 semanas e incluso llegar al mes de edad, sin que esto implique ningún riesgo para su salud.
Conclusiones
Dr. Roberto RiveroQuiroz
Pediatra Neonatólogo
Past Presidente SPP
Dr. Juan Carlos Torres Salas
Médico Pediatra Neumólogo
Miembro Asociado de la SPP
Es importante saber que, en la mayoría de los casos, cuando las madres toman medicamentos pueden, y deben, continuar con la lactancia. Lamentablemente, con mucha frecuencia, es una razón por la que se suspende la lactancia y, para colmo, por recomendación de un médico u otro profesional de la salud.
Si bien la mayoría de los medicamentos pasan a la leche, lo hacen en muy pequeñas cantidades, que no son dañinas para los bebés.
Son muy pocos los medicamentos que pueden causar algún problema al bebé o disminuir la producción de leche, además se usan infrecuentemente y muchas veces se pueden reemplazar por otros no dañinos o, en ocasiones, puede postergarse su uso hasta después de completar el periodo de lactancia.
Suspender la lactancia conlleva más riesgo que continuarla cuando la leche materna contiene una pequeña cantidad de algún medicamento.
Por ello, cuando se tienen dudas acerca del efecto de un determinado medicamento sobre el bebé, se debe consultar una fuente de información confiable. Una fuente de información muy completa y accesible es la página web e-lactancia.org, donde no sólo informan sobre fármacos sino sobre productos alternativos, hierbas, procedimientos, contaminantes, enfermedades maternas y del lactante, en base a la investigación científica y a las evidencias actuales. El prospecto que viene en el envase del medicamento es la fuente menos recomendable, ya que casi siempre dice que el fármaco no se debe usar durante la lactancia o que su uso acarrea algún peligro o, en el mejor de los casos, sugiere que consulte a su médico y, como dijimos al inicio, a veces es el médico quien suspende la lactancia porque no tiene la información precisa o porque cree que la lactancia y la alimentación con fórmula son equiparables.
Al suspender la lactancia y alimentar a los bebés con fórmula, se les deja de proporcionar los elementos necesarios para su óptimo crecimiento y desarrollo, tanto físico como emocional, y los pone en riesgo de enfermedades como otitis, diarrea, neumonía, alergias, etc… y aún, años después del periodo de lactancia, los niños que fueron alimentados con fórmula cuando eran bebés, tienen más riesgo de esas mismas enfermedades y de otras condiciones, como obesidad, diabetes, leucemia, menor cociente de inteligencia, etc … y las madres también sufren más de diabetes tipo 2, presión arterial alta, cáncer de mama y cáncer de ovario. Todo eso ocurre porque la lactancia materna no es “una forma más”, ni ”la forma ideal”, de alimentar a los bebés, sino que es el mecanismo que la evolución ha creado y perfeccionado para que el ser humano inicie su desarrollo en forma óptima y para mantener a la madre más saludable, sin contaminar el ambiente.
Además, un destete brusco puede tener consecuencias emocionales, tanto en la madre como en el bebé, como inseguridad, tristeza, miedo, sensación de desapego, y causar congestión mamaria dolorosa.
En conclusión, cuando se enferma una madre que está amamantando, se debe evaluar si es necesario que tome un medicamento y, si es así, se debe elegir un fármaco compatible con la lactancia, lo cual no es difícil, porque la mayoría de los fármacos lo son; considerando que el amamantamiento es sumamente importante para madre y bebé, y que el destete precoz y la alimentación con fórmula conllevan grandes riesgos para ambos.
Milagro Raffo Neyra
Pediatra y Neonatóloga
RNE N° 3755