Accidentes más frecuentes en niños

“Más vale prevenir que lamentar”

A pesar de los avances médicos y tecnológicos, los accidentes siguen siendo una de las principales causas de mortalidad y discapacidad infantil en el Perú. Según el Ministerio de Salud, en el año 2019 se registraron más de 1900 muertes y 55,000 atenciones en emergencias en niños menores de 18 años en el país.

Muertes por lesiones (tasa por 100000 habitantes)

Muestro una diapositiva que nos indica cómo en Suecia el gobierno tomó medidas para prevenir los accidentes, y con ellas se logró disminuirlos en 28 años de casi un 50% a menos del 5%.

Las causas más frecuentes de accidentes en niños son:

A. LESIONES POR VEHÍCULO AUTOMOTOR A TODAS LAS EDADES DESDE EL RECIÉN NACIDO. Se ha comprobado que la madre (por muy buena intención que tenga) no es capaz de sostener al niño si lo tiene cargado. EL RECIÉN NACIDO DEBE SALIR DE LA MATERNIDAD EN UN ASIENTO DE SEGURIDAD PARA AUTOS, COMO SUCEDEN EN PAÍSES DESARROLLADOS.

El asiento debe tener una inclinación de 45° y debe estar dirigido hacia atrás hasta que el niño pese 10 kg. Luego puede mirar hacia adelante. El cinturón de seguridad debe ser de 4 puntos y estar correctamente colocado. A PARTIR DE LOS 9 AÑOS, EL NIÑO YA PUEDE USAR LOS CINTURONES DE SEGURIDAD DEL CARRO.

B. ASFIXIA POR INMERSIÓN es la segunda causa de accidentes

Es importante recalcar que basta una pequeña colección de agua, como un balde, el agua del inodoro o la lavadora, para producir ahogamiento. El bebé menor de 3 o 4 años no es capaz de sacar la cabeza de estos recipientes y se puede ahogar. Las piscinas son los lugares en los que más se producen los ahogamientos, por lo que el niño nunca debe ir solo a la piscina y estas deben estar protegidas por barrotes en todo su contorno. En el caso de los adolescentes, la inmersión puede ocurrir en agua natural, como el mar o pozos. Es importante advertirles que no consuman alcohol o drogas si van a entrar en el mar o en piscinas, ya que esto aumenta el peligro de ahogamiento. Lo ideal es que tanto los niños como sus padres aprendan a nadar.

El niño hasta los 3 años no es capaz de sacar la cabeza del agua, incluso de pequeñas colecciones de agua, como un balde, el inodoro o la lavadora, y se puede ahogar. Las piscinas deben estar cercadas en todo su contorno.

C. La tercera causa es por QUEMADURAS. El 85% de las quemaduras ocurren en el hogar, y la mayoría son causadas por ESCALDADURAS con agua caliente. Es importante no cargar al niño si se está tomando algún líquido caliente y no tener recipientes con agua caliente a la altura del niño.

También es importante verificar que la temperatura del agua del baño sea adecuada, y que el niño esté cómodo y feliz en el agua. El agua del baño debe estar apenas tibia. Es útil saber que a una temperatura de 70°, basta 1 segundo para que la quemadura sea grave; a una temperatura de 65°, en 5 segundos la quemadura es grave; mientras que a una temperatura de 60°, hay 10 minutos para poder sacar al niño y la quemadura no será grave. Después de la quemadura por agua, la siguiente causa más común de quemaduras es la producida por INCENDIOS.

Es importante saber que los DETECTORES DE HUMO pueden prevenir el 85-95% de las muertes en caso de incendio. Son dispositivos muy económicos y todos deberíamos tenerlos en nuestros hogares, como sucede en los países desarrollados.

La cocina no es un lugar de juego para los niños, ya que el mayor número de quemaduras ocurre en la cocina. Es importante asegurarse de que la cocina esté bien asegurada, que las puertas tengan seguro, y utilizar las hornillas posteriores, evitando las de adelante. Las quemaduras eléctricas son un riesgo, ya que los niños suelen llevar todo a la boca y chupar los cables. Por eso, es importante tapar los tomacorrientes que no estén en uso y verificar que los cables estén intactos.

D. La SOFOCACIÓN O ATORO es la cuarta causa de accidentes. Los niños hasta los 3 años tienden a llevarse todo a la boca, y es importante no permitirles tener acceso a objetos pequeños que puedan introducirse en la vía aérea y atorarlos. Las sustancias que pueden causar asfixia pueden ser orgánicas, como maní, granos, pepas o trozos de carne, o inorgánicas, como monedas, aretes, pilas de reloj u otros objetos. Es importante hacer hincapié en las pilas, ya que si quedan fijas en un lugar, liberan sustancias cáusticas que corroen y pueden generar perforaciones graves. Las pilas deben eliminarse y no dejarse al alcance de los niños. Los globos de jebe también pueden ser peligrosos, ya que si revientan, pueden tapar la vía aérea y adherirse, lo que lleva a la asfixia. Lo ideal es mantener los globos siempre protegidos.

 

E. Hay 2 picos de edades: de 1 a 3 años y los adolescentes. El 80% de los casos ocurren en niños de 1 a 3 años.

Los tóxicos, como las medicinas, no deben estar al alcance de los niños. Existen tapas con seguro para evitar que los niños las abran. También es importante no guardar sustancias de limpieza en recipientes de uso habitual, como botellas de gaseosas, y no dejar estas sustancias al alcance de los niños. Además, es recomendable no guardar los insecticidas junto a los alimentos para evitar intoxicaciones masivas.

Las sustancias altamente letales, como los cáusticos (lejía, ácido muriático y otras), deben ser consumidas completamente y su residuo eliminado. Nunca se deben guardar.

En los adolescentes, las intoxicaciones pueden ser intentos de suicidio y, habitualmente, ingieren más de una sustancia. Hay que considerar estos casos cuando hay alteraciones de conciencia, convulsiones y otros cuadros inespecíficos. En caso de emergencia, se puede llamar a los centros de control de intoxicaciones.

F. SEGURIDAD PEATONAL Y DEPORTIVA:

Es importante recordar que los niños no deben cruzar solos la calle hasta los 10 años. Asimismo, deben usar cascos protectores para andar en bicicleta, patines, y rodilleras, y en cada deporte será necesaria una protección específica.

Uno de los grandes problemas actuales es el uso de teléfonos móviles mientras se camina por la calle o se conduce. Esta práctica puede ser peligrosa, ya que distrae la atención de las personas y aumenta el riesgo de accidentes. Es importante tomar conciencia de este problema y fomentar el uso responsable de la tecnología en espacios públicos para garantizar la seguridad de todos.

 

 

Dra. Rosa Risco
Miembro emérito de la SPP
CMP 7612 – RNE 449

Mitos y creencias sobre la lactancia materna

Comenzaremos por definir qué son los mitos y las creencias. Un mito es atribuirle a algo, características que no tiene, y creencia es el completo crédito que se da a un hecho como cierto.

Existen mitos y creencias en las diferentes culturas, sobre diversos temas, y la lactancia materna no es una excepción. Pueden causar desánimo o temor e incluso ocasionar la suspensión de la lactancia, perjudicando la salud de la madre y del bebé.

La investigación científica ha permitido demostrar que muchos no son ciertos. Vamos a mencionar algunos:

“El bebé no debe recibir la leche de los primeros días (calostro), porque le hace daño”

Falso.  El calostro es importante para el bebé ya que es rico en compuestos que actúan contra las infecciones e impulsan el desarrollo. Además, es laxante, estimula la eliminación de las primeras deposiciones (meconio) disminuyendo el riesgo de ictericia (color amarillo de la piel).

“Los primeros días, la leche – llamada calostro – es insuficiente para el recién nacido”

Falso.  Las cantidades relativamente pequeñas de calostro ayudan al recién nacido a adaptarse a la alimentación por boca. Con pequeños volúmenes, puede coordinar mejor la succión del pecho con la deglución y la respiración, y no atorarse. Además, esas cantidades están en concordancia con el pequeño tamaño del estómago del bebé.

“El bebé necesita agua extra para calmar la sed”

Falso. La leche materna tiene toda el agua que necesita el bebé.  Al dar otros líquidos, hay riesgo de que se contaminen y produzcan diarrea o que el bebé ya no quiera lactar y disminuya la producción de leche por la falta de estímulo.

“Todos los lactantes necesitan tomar agua de anís o medicamentos para los gases”

Falso.  Los gases se producen normalmente en la digestión y se eliminan en forma espontánea.  En caso se produzca un exceso de gases o cólicos se debe consultar al pediatra.

“Jugos y otras bebidas o alimentos ayudan a ‘formar el estómago’ del bebé los primeros meses”

Falso.  La leche materna es todo lo que el bebé necesita los primeros 6 meses.  La introducción de otros alimentos puede causar problemas al bebé y disminuir la producción de leche en la madre.

“Si el bebé tiene diarrea, hay que suspender la lactancia.”

Falso.  La leche materna ayuda al bebé a recuperarse de la diarrea, lo hidrata y lo nutre.

“Si la madre lava ropa o toma helados, la leche sale fría y produce cólicos y deposiciones verdes”

Falso.  La leche sale siempre a la temperatura del cuerpo, igual que la orina, por ejemplo.

“Si la madre tiene gases o estreñimiento, se los transmite al bebé en la leche”

Falso.  Los gases de la madre no se pueden transmitir a la leche porque no se absorben en el intestino.

“Es necesario tomar bastante líquido para tener bastante leche”

Falso.  La sed determina la cantidad de líquido que requiere el organismo. Tomar más líquidos, no aumenta la producción de leche.

“Es necesario tomar leche para producir más y mejor leche materna”

Falso.  La leche no es indispensable en la dieta de una madre que da de lactar ni hace que se produzca más ni mejor leche.  Si a la madre le agrada, puede tomarla, aunque a muchos adultos les produce molestias digestivas y no deben consumirla.

“Ciertos líquidos, alimentos o yerbas aumentan la producción de leche”

Si bien puede haber sustancias que aumentan la producción de leche (galactogogas), la mayoría no se han estudiado.  Algunas pueden tener un efecto psicológico positivo en la mujer, pero hay riesgo de que el exceso de alguna pueda producir efectos no deseados. Otras veces no le agradan a la madre y las toma sacrificándose innecesariamente.  La mejor manera de aumentar la producción de leche es la succión frecuente del bebé.

“Después de 6 meses o un año, la leche materna no alimenta”

Falso. Aunque después de los 6 meses se debe complementar con otros alimentos, la leche siempre contiene nutrientes importantes para el crecimiento y desarrollo del niño y compuestos que lo ayudan a evitar las infecciones o a combatirlas.

“Las madres desnutridas no pueden dar el pecho”

Falso.  Ellas necesitan mejorar su nutrición por su propia salud y apoyo para amamantar frecuentemente, pero deben continuar amamantando al bebé.

“El estrés o la cólera impiden que la madre produzca leche.”

Falso.  A veces pueden interferir transitoriamente con la salida de la leche, pero no con la producción, que depende de la succión frecuente.  Se debe procurar un ambiente tranquilo para la madre.

“Las relaciones sexuales pueden dañar la leche materna”

Falso.  La pareja puede reanudar su vida sexual cuando la mujer se haya recuperado del parto y ambos lo deseen.  La leche no se afectará.

“Si la madre sale embarazada no debe continuar la lactancia”

Falso. La mujer puede continuar con la lactancia durante el embarazo y después del parto puede seguir amamantando a ambos bebés.

“Si la madre enferma o toma medicamentos, se debe suspender la lactancia”

Falso. Con la mayoría de las enfermedades y medicamentos se puede continuar la lactancia. Es más, en los problemas infecciosos el organismo materno produce defensas que pasan a través de la leche y evitan o atenúan la enfermedad en el bebé.

“Los medicamentos disminuyen la cantidad de leche que se produce”

Falso. La mayoría de los medicamentos no tienen ese efecto. Lo que disminuye la producción de leche es que el bebé lacte con poca frecuencia o deje de lactar.

“Ya no se puede volver a dar el pecho una vez que se ha interrumpido la lactancia.”

Falso.  Una madre que ha dejado de dar el pecho puede, en muchos casos, volver a hacerlo, con el apoyo necesario.

“La lactancia materna, hace que los pechos se caigan”

Falso.  Los pechos van cambiando poco a poco, con las sucesivas menstruaciones y embarazos y, con el tiempo, pierden elasticidad y se ponen más flácidos. 

Como hemos podido apreciar, la mayoría de las afirmaciones mencionadas no sólo son falsas, sino que pueden ser perjudiciales.

Las madres deben buscar la información sobre lactancia y crianza en fuentes confiables, para poder brindar a sus hijos lo mejor, como es su deseo, y disfrutar de esa hermosa etapa de la vida.

 

Dra. Milagro Raffo Neyra
Médico pediatra y Neonatólogo
Miembro Emérito de la SPP

La salud del niño por nacer: ¿repercutirá sobre su salud futura?

Es importante saber que las enfermedades metabólicas, como la diabetes mellitus, pueden desarrollarse en la edad adulta debido a una mala nutrición del feto durante el embarazo. ¿Qué podemos hacer para prevenir su aparición tanto en la infancia como en la edad adulta?

Si nuestro hijo tuvo una restricción del crecimiento durante el embarazo (RCIU) y nació con poco peso, su desnutrición puede haber sido causado por problemas maternos, ambientales o una mala nutrición. Esto puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas en el futuro.

Durante el embarazo, es importante cuidar la salud de la madre y controlar el crecimiento del bebé para detectar posibles problemas. De esta manera, podemos prevenir la carga de enfermedad futura si logramos que el feto no desarrolle RCIU y así evitar que sufra las enfermedades metabólicas que se manifestarán en la infancia y la adultez.

Algunas de estas enfermedades pueden ser la diabetes tipo II, la resistencia a la insulina, la dislipidemia, la hipertensión arterial, la obesidad central, la enfermedad cardíaca isquémica, los accidentes cerebrovasculares, entre otras.

Es importante tomar medidas preventivas. De esta manera, podremos asegurarnos de que el niño que nacerá será más saludable.

En conclusión, el periodo fetal o intrauterino es muy importante para la salud del futuro niño y adulto.

Julio Sánchez Tonohuye
Médico Pediatra-Neonatólogo
Miembro Titular de la
Sociedad Peruana de Pediatría