¿Eres de los padres que cuando tu hijo tiene fiebre pide al pediatra que le recete un antibiótico “para que se cure más rápido”? o por el contrario perteneces al grupo que cuando el pediatra le receta un antibiótico, decide no dárselo o sólo darle un par de días y suspenderlo o incluso decide cambiar de pediatra?
La verdad es que la mayoría de las enfermedades siguen un curso natural que las autolimita. La tendencia que marcan las investigaciones científicas recientes es a no recetar antibióticos, salvo en los casos en que estén claramente indicados, en los cuales los niños deben recibirlos a la dosis, intervalos y durante el tiempo que lo prescriba su pediatra.
Cuando hablamos de las enfermedades más comunes tenemos a los resfríos, con fiebre o sin fiebre, con secreción nasal clara, amarillenta o verdosa o con tos productiva, que van a tener una duración de 5 a 10 días y a veces algunos más, pero que no está indicado dar antibióticos porque, en general, van a curar con o sin ellos. Igual sucede con las enfermedades diarreicas incluso las bacterianas. Es lamentable y peligroso que muchos padres decidan adquirir estos productos aconsejados por amigos, familiares o el personal de las farmacias.
Lo único cierto es que el uso indiscriminado de antibióticos altera la flora bacteriana intestinal del niño y aumenta la resistencia de las bacterias que producen enfermedades serias al ser humano y que sí necesitan el uso de antibióticos para combatirlas. Recuerda también que, como todo medicamento, los antibióticos pueden presentar efectos colaterales indeseables como reacciones alérgicas y diarreas, por ejemplo. Esta es otra importante razón por la que no deben usarse injustificadamente.
En el caso de la aparición de fiebre en niños, los padres siempre deberían tener disponible un medicamento para combatirla como el paracetamol o el ibuprofeno por ejemplo, observar si cuando al niño le baja la fiebre recupera su ánimo y actividad y hasta “parece sano”, pues ello sugiere enfermedad viral que NO va a requerir uso de antibiótico sino que los padres lo acompañen y entiendan que a veces dura 3 días o incluso más y luego aparece un brote o salpullido o desaparece sin la aparición de ningún otro síntoma. Siempre es importante que los padres estén observando cuidadosamente la aparición de otros síntomas o señal de alarma y consulten con su pediatra en caso tengan cualquier duda.
En conclusión:
- Los antibióticos no se recomiendan en la mayoría de enfermedades que presentan los niños, sean febriles o no, porque son virales. Lo que necesitan los niños es que sus padres los acompañen con mucha paciencia, ternura y siempre vigilantes a que se cumplan los días que dura el ciclo natural de la enfermedad que ha afectado a su hijo.
- El uso de antibióticos en forma injustificada es un problema de salud pública, es dañino para el niño y para la humanidad.
- Elige bien tu pediatra para que tengas confianza en sus recomendaciones y en caso te indique un antibiótico, cumple estrictamente con los horarios, dosis y duración del tratamiento.
Dra. Sarah María Vega Sánchez
Pediatra y Neonatóloga