En este tiempo de pandemia los padres seguimos teniendo la responsabilidad de formar hábitos saludables. Nada más contundente para reconocer la necesidad de tomar muy en serio el tema, que el peligroso virus afectando de manera más grave a quienes tienen sobrepeso y obesidad, la comorbilidad más frecuente que contribuye a desenlaces fatales en los enfermos de COVID 19.
La Organización Mundial de la Salud recomienda en los primeros 6 meses la lactancia materna exclusiva sin agua, ni ningún otro líquido, ni alimento; y que, antes del primer año de vida no se debe agregar sal, ni azúcar a las preparaciones que ofrecemos a los bebés a partir de los 6 meses. Pero también es fundamental saber que a esa edad hay que ofrecerles entre comidas agua y NO jugos como lo hicieron nuestras madres y abuelas. Actualmente se recomienda no tomar o evitar en lo posible la ingesta de azúcares después del año. Cabe destacar que cuando hablamos de azúcares, nos referimos al azúcar blanca, rubia, panela y miel entre otras.
El agua natural, es el líquido por excelencia, el más saludable que nuestro organismo necesita para mantener nuestras funciones vitales y nuestra hidratación óptima. La Organización Mundial de la Salud ya se pronunció hace varios años: Se recomienda ingerir agua y ningún tipo de líquido azucarado, incluidos los jugos de frutas “sin azúcar” hechos en casa. Atentos papá y mamá no sólo están proscritos lo jugos envasados sino también los caseros, porque las frutas se recomienda comerlas enteras en puré o masticadas cuando los niños tienen edad para comerlas así.
De seguro ustedes tienen algún pariente o amigo que “NO PUEDE TOMAR AGUA”, porque ya se habituó a tomar líquidos azucarados y prefieren deshidratarse a tomar el divino líquido que es el agua para el funcionamiento de nuestro cuerpo y en especial de nuestros riñones. ¿Cuándo adquirió el hábito?
Son los primeros 6 años de vida en que papá y mamá formamos o no los hábitos saludables en nuestros hijos. Y esa es una gran responsabilidad que nos compromete a saber qué es lo importante. Los hábitos de alimentación son componente clave de una buena crianza, por ello atención a que se acostumbren a tomar agua. Los jugos, la limonada y la chicha morada (que es tan sabrosa) muy de vez en cuando, no deben formar parte del día a día en la dieta familiar. Son poco nutritivos y pueden quitar el apetito al niño, cuyo estómago pequeño se llena con ellos y ya no ingiere el segundo plato que es el importante desde el punto de vista nutricional. Por esa razón las frutas mejor no en jugo, sino masticadas o en puré.
Y respecto a los azúcares, los postres, las golosinas y las galletas, que sean la excepción y no la regla, no los compremos, con la compra de la semana, pues formaremos hábitos en nuestros niños, luego muy difíciles de abandonar.
Buena parte de los padres tienen ya la costumbre, que por cierto adquirieron de niños, de tomar gaseosas porque no se sabía que son insalubres y contribuyen entre otras dolencias, a la obesidad y a la molesta gastritis.
Recuerden: tener un hijo es una excelente oportunidad para cuidarnos y ser mejores; si es imposible que dejen la dependencia, tomen las gaseosas fuera de casa y den a sus hijos el ejemplo de tomar agua.
Sus hijos merecen que les formen hábitos saludables y los primeros años de vida son claves para lograrlo!!!!!!
Dra. Sarah María Vega Sánchez
Pediatra y Neonatóloga